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martes, 5 de abril de 2011

Una poesía

Fuentealba, Fuenteovejuna, ante la impunidad, Todos a una.



Por Rafael Amor



Fuentealba,

Fuenteovejuna,

ante la impunidad

Todos a una.

Con la muerte en la nuca cayó el maestro,

armado hasta los dientes de abecedario,

de razones de pobre siempre olvidado,

armado de esperanzas para ir luchando.

Con su filo de escarcha y por la espalda,

un puñal traicionero de sombra helada,

paralizó el latido de Fuentealba.

Con nombres y apellidos la muerte mata.

Por las calles que el pueblo vuelve más anchas,

corre a mares la sangre de los que

marchan,

pero crecen las voces dura y airadas

y avanzan a pie firme

con Teresa Rodríguez y Fuentealba.

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